Alumnado en situación de riesgo social

En este capítulo definiremos, en primer lugar, la idea de «dificultad social» a partir de tres conceptos afines: vulnerabilidad, riesgo y maltrato. Trabajar con ellos permite abordar de manera preventivael asunto e incidir en los factores biopsicosociales antes de que se produzca el problema. Seguidamente, presentaremos los factores de riesgo (situaciones que profesionales o docentes pueden detectar, tanto en la historia personal y familiar del alumno o alumna como en su entorno próximo y social) y los factores de protección del menor y su entorno (recursos potenciales que podremos utilizar a la hora de intervenir). Para terminar, abordaremos el absentismo escolar como causa y consecuencia del riesgo social, y los diferentes tipos de maltrato, con referencias a casos prácticos que los ilustran, así como algunas formas de malos tratos que se dan en el marco escolar.

En este capítulo abordaremos la importancia de conocer los aspectos sociofamiliares que afectan a la vida de un alumno o alumna concretos, no solo para comprender su situación sino, muy especialmente, para evitar que resulten estigmatizados y, si es necesario, protegerles. En la descripción de esta situación se trata de particularizar, flexibilizar y responsabilizarse de la búsqueda de unas condiciones que garanticen el bienestar y seguridad de este alumnado. A tal fin se hace hincapié en la importancia de analizar e interpretar aquellos factores que inciden en el menor, su familia y su contexto social, proporcionando algunas pistas que nos ayuden a valorar el nivel de riesgo y mostrando las consecuencias que pueden derivarse de una actitud de inhibición por parte del profesional frente a la situación de dificultad o riesgo en que vive un alumno determinado.

Al marco escolar le corresponde llevar a cabo intervenciones protectoras, educativas y psicosociales, las cuales incluyen al menor, a su familia y a la propia escuela como entornos próximos en los que se desarrolla su crecimiento. La escuela, y más concretamente los docentes, tienen la posibilidad de visualizar el daño que pueda afectar al alumnado, evaluar el riesgo y, en consecuencia, mitigar su impacto mediante actuaciones que hay que asumir. En este capítulo se muestra lo que podemos hacer como maestros o maestras a fin de proteger al alumnado con dificultades sociales, presentando algunas indicaciones para actuar desde la escuela en determinadas situaciones prácticas. Nos centraremos en el valor protector de la intervención en las situaciones de riesgo social y de las consecuencias derivadas de la no actuación, delimitando las funciones profesionales en el ámbito de la protección infantil.

Este libro es una herramienta útil de soporte y ayuda a los docentes a quienes permite conocer cuáles son las necesidades y potencialidades de estos alumnos, teniendo en cuenta que construirse como persona constituye un reto importante para cualquier ser humano y, muy especialmente, para aquellos niños y adolescentes cuya vida se desarrolla en contextos de desigualdad y dificultad social en los que sus derechos son frecuentemente vulnerados. En estos casos, la escuela puede ser para todos ellos una experiencia compensatoria de los déficits sufridos y un entorno de cuidado, a la vez que posibilita los cambios que les permitan una mejor calidad de vida.