Para comenzar
Conviene comenzar nuestras reflexiones refiriéndonos a cómo el trabajo remunerado de las mujeres -entre ellos la enseñanza- ha venido representando para muchas de ellas la única esperanza de conseguir la igualdad con los hombres (Lash, 1995:88) y liberarse, al menos en parte, de la exclusividad de las tareas de educación y cuidado de los hijos e hijas pequeños durante una parte del día, aunque la tarea sea, contradictoriamente, la misma educación y cuidado de los pequeños y pequeñas de otras familias. Y es que el desarrollo de la escolarización temprana, históricame…