De lo que digo y pienso que hago… a lo que en realidad hago. De lo que decimos hacer en equipo… y hacemos. De hacer sin pensar… a pensar el quehacer.
Silenciando los intereses de niños y niñas y obligándoles a aprender lo que nosotras consideramos «deseable» les quitamos el entusiasmo y dañamos su iniciativa personal. Recordemos que la infancia es curiosa por naturaleza. El deseo y la pasión por aprender les caracteriza. Dejemos que sean los verdaderos protagonistas de su aprendizaje.
Sandra Mediavilla Rodríguez
CEIP Gerardo Diego. Los Corrales de Buelna (Cantabria)
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