En las últimas décadas, el acelerado incremento de los movimientos migratorios, como consecuencia directa de la globalización, ha desvelado la falacia insostenible del monoculturalismo como característica definitoria de la mayoría de sociedades. Las migraciones internacionales, dirigidas fundamentalmente hacia Europa, han modificado de manera sustancial la composición de gran parte de países occidentales. España, concretamente, se ha convertido en uno de los principales destinos, con un saldo medio de 575.000 personas entre 2001 y 2008 (Colectivo IOÉ, 2008).En las escuelas e instit…
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