Es lunes. A María le ha costado levantarse esa mañana. Últimamente, su hija Alba, de dos años y medio, se despierta por las noches, y entre darle agua, llevarla a su cama cada vez (sabe, por la escuela, que hay que ser perseverante) y volver a conciliar el sueño… está rendida. Hoy llega tarde, va un poco agobiada, sobre todo al darse cuenta de que no ha traído el nuevo cepillo de dientes que le ha pedido ayer la educadora de su hija.
Esa tarde, a la hora de la salida, Charo, la nueva educadora de la clase de un año, mira continuamente la puerta del aula. No se le puede pasar contar…