De lo que digo y pienso que hago… a lo que en realidad hago. De lo que decimos hacer en equipo… y hacemos. De hacer sin pensar… a pensar el quehacer.
Pensar nunca debería ir acompañado de sentimientos de abandono ni culpa. En lugar de una «silla de pensar» a solas es mejor un regazo en el que aprender juntos y juntas desde el cariño, la ternura y la bondad, porque la autonomía no se conquista desde el abandono.
Sandra Mediavilla Rodríguez
CEIP Gerardo Diego. Los Corrales de Buelna (Cantabria)