Urgen nuevos estímulos artísticos, valores y significados educativos para enfrentarse al abismo de los retos sociales. Ser capaces de ofrecer lo mejor para educar, estar en disposición de dudar, de implicarnos y de comprometernos. Probablemente, nuestros estudiantes olviden lo que dijimos y trabajamos en el aula, pero nunca olvidarán cómo les hicimos sentir. Ojalá lo único que puedan reprochar a las futuras generaciones sea lo sensibles que somos ante lo que verdaderamente importa. Ese es el rumbo de la Educación Artística sensible, reinventar(nos) ante el devenir de la vida, aprender a escuchar(nos), a pensar(nos) y a relacionar(nos) para hacer de las aulas lugares habitables y de encuentro. Habitar la sensibilidad como un espacio colectivo entre el arte y la educación.
Ese es el rumbo de la Educación Artística sensible, reinventar(nos) ante el devenir de la vida, aprender a escuchar(nos), a pensar(nos) y a relacionar(nos) para hacer de las aulas lugares habitables y de encuentro. Habitar la sensibilidad como un espacio colectivo entre el arte y la educación.