Atención a la diversidad y educación infantil / Trabajo en equipo

El juego infantil es un comportamiento espontáneo, placentero y estimulante. Los niños y las niñas participan, desde el comienzo de la vida, en marcos lúdicos de relaciones interpersonales que transcienden la acción para convertirse  en escenarios de intercambio de afectos, conocimientos y actitudes. Jugar no es sólo realizar un comportamiento concreto, es participar de una situación en la que la espontaneidad, la expresividad y el intercambio de emociones y afectos con otros se conjugan con la acción inteligente.

Para atender la diversidad en el aula es indispensable realizar una evaluación continuada e individualizada. Seguidamente analizaremos cómo debe ser esta evaluación para que no se quede en la formulación de un simple juicio y para que sirva realmente para plantear una enseñanza que se adapte a las diversas necesidades educativas que se dan en cualquier aula.

En el contexto del Primer Ciclo de la Escuela Infantil (EI), se da un grupo de trabajo singular dadas las características de ambas partes: el encuentro entre padres y educadores. Este encuentro perdurará durante toda la escolaridad, pero toma diferentes relieves en cada etapa educativa y según la edad del alumno. Generalmente en los primeros años de vida, y según la opinión familiar, la preocupación por el bienestar físico de la niña y el niño pasa por delante de la preocupación por los aprendizajes.

El método de propuestas se viene llevando a cabo en las Escuelas Infantiles Zagal y Fábula, de Granada, durante 15 años de trabajo con niños y niñas de edades comprendidas entre O y 6 años. En todos estos años hemos ido reflexionando sobre cuál debía ser la finalidad de nuestro trabajo, y hemos llegado a la conclusión de que ésta sería "la de permitir que el niño y la niña descubran sus posibilidades en relación a los demás y al medio, actúen y decidan formando criterios propios en la relación y diálogo con los iguales y adultos, y se exprese a través del cuerpo, conduciendo todo ello a la formación de una persona integral".

La asamblea de clase en Educación Infantil (en principio, en el Segundo Ciclo), también denominada "el corro" o "la redonda", es un recurso metodológico de primer orden en toda dinámica de trabajo que quiera desarrollarse dentro de un marco educativo que considere al grupo de alumnos y alumnas como sujetos activos en sus propios aprendizajes.

La unidad de programación que exponemos a continuación y cuyo tema es un rincón de juego simbólico, el supermercado, ·está ideada para niños y niñas de dos-tres años y en su momento se llevó a la práctica durante el segundo trimestre del curso. Se recogen contenidos de todas las áreas curriculares, poniendo de manifiesto el trabajo interdisciplinar que se realiza en este rincón y, por tanto, la función de formación globalizadora que éste puede cumplir.

Esta bibliografía comentada es una pequeña selección de recientes publicaciones. En el monográfico de Aulanúmero 11, febrero de 1993, dedicado a la Educación Infantil, se ofrece una guía eficaz para aquellas personas que quieran profundizar o ampliar algún aspecto relacionado con esta etapa educativa.

Es evidente que el trabajo escolar resulta más eficaz y satisfactorio si se desarrolla de manera colaborativa y en grupos donde la participación es fluida. Ahora bien, los miembros de la comunidad escolar no siempre estamos dispuestos a participar. El caso es especialmente difícil de resolver si esa actitud individualista y poco solidaria se manifiesta entre algunos miembros del profesorado. Las causas de la falta de implicación y de participación pueden ser múltiples. En organizaciones como los centros escolares, una de ellas suele ser la impresión que tenemos de que el poder y la autoridad están lejos o en otra parte, lo cual puede generar un inevitable sentimiento de irresponsabilidad que dificulta y entorpece la participación.

La recepción y transmisión de todo tipo de informaciones, ya sea las que se reciben desde la propia Administración o las que generan los distintos equipos (formales o informales) de profesores, así como las que se recogen o transmiten a los alumnos, hasta llegar a las que deben evaluar los profesores de la misma unidad operativa para analizar y mejorar su función docente, sugieren igualmente la necesidad de una adecuada cohesión grupal.

En este artículo nos interesa dar a conociera tos rasgos que caracterizan una propuesta constructivista de la enseñanza de la lectura y la escritura, a través de algunas situaciones de clase, tanto a nivel de producciones escritas como de interacciones entre los niños.

La Jornada Escolar definida como la distribución conjunta de actividades y tiempos a fin de alcanzar una mejor cualificación de las enseñanzas, va a constituir la base del presente estudio. Según nos indica Piaget, la moderna estructuración educativa exige un tratamiento multidisciplinar en el que entre distintas cuestiones se establezcan de forma simultánea todos aquellos vectores que guarden una cierta relación con el tema analizado.

La utilización del juego en el aula tiene una larga tradición, cuya reconstrucción requeriría más espacio del que aquí tenemos. Quizá los más decididos defensores de esta práctica educativa en el pasado fueron los pedagogos filantropistas alemanes del siglo XVIII. Esta corriente educativa, que encontró en J. B. Basedow, H. Campe y E. Ch. Trapp sus más conocidos ideólogos, vio en el juego la manera de recuperar para el aula las ventajas que ofrece la calle y poder combinarlas y hacerlas intercambiables con las ventajas propias del estar sentado y del aprender (Elschenbroich, 1979).

Una escuela de calidad ha sido definida por Wilson como la que tiene la capacidad para "planificar, proporcionar y evaluar el currículum óptimo para cada alumno, en el contexto de una diversidad de alumnos y alumnas que aprenden." Desde esta óptica, los conceptos "calidad" y "diversidad" están tan estrechamente relacionados que no es posible lo uno sin lo otro.