Terminología científica

El presente trabajo se enmarca dentro de lasnvestigaciones sobre las aplicaciones de la historia de la ciencia a la enseñanza de las ciencias. Su objetivo principal consiste en ofrecer algunas sugerencias acerca del modo en que puede renovarse la enseñanza de la terminología química mediante el empleo de las conclusiones de diversos estudios históricos sobre el tema. Se pretende además mostrar que la terminología química puede ser también empleada como ventana desde la que asomarse a la historia de la química, de acuerdo con un planteamiento que permite atacar ciertasmágenes sobre la ciencia y el papel que juega el lenguaje en la actividad científica. Esta perspectiva histórica permite aclarar la naturaleza de la terminología actual, las razones que han llevado a su establecimiento y las causas de su constante transformación.

En las últimas décadas organismos como laUPAC y laUPAP hanntensificado sus recomendaciones sobre el nombre y el símbolo de las magnitudes físicas y químicas, y sobre la escritura de los valores de estas magnitudes en fórmulas, ecuaciones, gráficos, tablas, etc. Estas recomendaciones terminológicas y gramaticales se handoncorporando paulatinamente a los libros de texto y su uso se hadontroduciendo progresivamente en el lenguaje del profesorado en las aulas; sin embargo, queda todavía mucho camino por recorrer para lograr una adecuada generalización. Este artículo, que constituye una revisión actualizada de otros dos publicados hace unos quince años (Caamaño 1981, 1983) aborda recomendaciones relativas a algunas de las magnitudes fisicoquímicas más utilizadas en la enseñanza secundaria.

Muchos profesores y profesoras de ciencias (y también muchos químicos de profesión) se sorprenderían de la gran cantidad denformación "no química" que existe sobre los cambios químicos y de lo relevante que resulta para ayudar a diseñar el proceso de enseñanza-aprendizaje acerca de estos fenómenos. No obstante, se trata denformaciones muy diversas que necesitan ser reelaboradas para resultar útiles a los profesores y profesoras. En este artículo comentaremos algunos ejemplos de lo que cada una de estasnformaciones nos aporta para facilitarnos la decisión sobre qué enseñar. En definitiva, veremos cómo puede construirse didácticamente el concepto de cambio químico; es decir, cómo prepararlo para ser enseñado y aprendido en el contexto escolar.

En este artículo se analizan las dificultades de aprendizaje del alumnado de enseñanza secundaria relacionadas con el aprendizaje de la conservación del elemento durante las reacciones químicas. Para ello se hace un recorrido a través de la historia de la ciencia para ver qué caminos siguió la construcción del concepto. También se presentan los resultados obtenidos en unanvestigación hecha en el aula donde el alumnado debía responder las preguntasncluidas en un cuestionario que acompaña la realización del experimento llamado del ciclo del cobre.

Los cambios de la materia representan un ejemplo tal vez emblemático de un concepto básico de los programas de química que tienen, en general, una didáctica poco satisfactoria. En este artículo se hace una revisión de lasdeas que sobre este tema tienen docentes, autores y autoras de textos de enseñanza envestigadores en didáctica de las ciencias. Tras analizar todas esasdeas se llega a la conclusión de que no se pueden establecer unos límites nítidos entre los cambios físicos y los químicos, por lo que hacer esa distinción en el aula no es una ayuda pedagógica ni tampoco significativo desde el punto de vista científico.

La organización del trabajo en el aula en grupos de discusión de cuatro o cinco personas es vista por el profesorado con cierta desconfianza. Sin embargo el aprendizaje se facilita enormemente y permite trabajar con diferentes estilos cognitivos. La organización de una secuencia de trabajo en nuestra programación de aula, que haga posible abordar situaciones de discusión y construcción de conocimientos en pequeños grupos, permite además que los alumnos y alumnas con tendencia a "evadirse" mentalmente de las clases expositivas. Sigan con más facilidad esta secuencia de aprendizaje.

En este trabajo se realiza un breve análisis acerca de las dificultades semánticas que acompañan al aprendizaje de los conceptos científicos y se estudian diferentes formulaciones de la regla cualitativa de Le Chatelier en lo que supone su capacidad de predicción y la polisemia del lenguaje empleado en cada uno de sus enunciados.

Energy on the Move es un concurso a nivelnternacional en el que participaron alumnos y alumnas de edades comprendidas entre los quince y diecisiete años pertenecientes a trenta y cinco colegios de ocho países comunitarios. Consistía en elaborar un trabajo escrito (entre mil y cinco mil palabras) describiendo el hipotético escenario energético europeo en el año 2100. El punto de partida era la falta de combustible orgánico (petróleo, gas natural...) ese año. Los participantes podían ponerse en contacto, a través del correo electrónico, con veintiocho científicos europeos a los que podían proponer hasta dieciocho preguntas. Los participantes obtenían puntos no sólo por el escenario final que elaboraran sino también por la calidad de las preguntas que formularon. El grupo de trabajo del colegiorabia, compuesto por once alumnos y alumnas de bachillerato rama de ciencias coordinados por el profesor de física y química, fue seleccionado como uno de los cinco finalistas con el escenario y las preguntas que se presentan a continuación.